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viernes, 9 de diciembre de 2016

LA INCREÍBLE HISTORIA DEL PEMMICAN


Nativo Cree


No, no estamos hablando de otra simpática mascota de la factoría Disney, ni mucho menos. Hablamos de comida, de una desconocida receta para los europeos, de los indios norteamericanos y que nuestra grasofóbica sociedad ha condenado al ostracismo. Sin embargo los tiempos están cambiando y muchos de los más recientes estudios reivindican una alimentación más evolutiva, una dieta semejante a la de nuestros ancestros del paleolítico. No vamos a entrar en nutrición, porque no es nuestro campo, pero sí la historia. Podemos conocer más o menos lo que comían nuestros antepasados anteriores a la agricultura por los estudios arqueológicos prehistóricos que revelan dietas altas en proteína y grasa animal, además de vegetales, el Hombre de Neandertal, conocido como el gran cazador combinaba un 80% de caza con un 20% de vegetales. Si bien otra forma de acercarnos a la dieta del ser humano pre-domesticación es con los paralelos que nos ofrece la antropología.

Los nativos norteamericanos, en su gran mayoría en la edad de la piedra, culturalmente hablando, habían encontrado una técnica que les permitía conservar la comida durante décadas con todas sus propiedades intactas, muy útil para grandes migraciones nómadas o periodos de escasez y poca caza. Es el pemmican. Su origen concreto no se conoce, aunque se podría ubicar en los indios del norte de Canadá. El pemmican es un plato contundente, hipercalórico hecho a base de carne desecada y pulverizada, tuétano de huesos, grasa animal y bayas (que aportaban una gran cantidad de vitamina C). Su envase predilecto era la piel de bisonte con unos 30 ó 40 kg de peso, llegando a durar en perfecto estado de consumo unas tres décadas. En las tribus Cree y Ojibwas eran las mujeres las que preparaban los sacos para todo el año, normalmente de la caza del búfalo, secando las tiras de carne, machacándola después y mezclándola con la grasa, el tuétano y las bayas (normalmente arándanos). 

Amundsen

La llegada de los europeos al continente popularizó rápidamente el pemmican entre comerciantes y tramperos, y no sólo eso, se sabe que desde al menos el s. XVII los franceses de la peletera Hudson Bay Company consumieron pemmican a través de su contacto con indios Cree y Ojibwas, que lo utilizaban como ración de supervivencia cuando servían de guías a los occidentales. En 1813 la Northwest Company llegó a encargar 25 toneladas de pemmican como abastecimiento de sus trabajadores. Posteriormente el pemmican pasó a popularizarse entre los grandes viajes de exploración del siglo XIX, tanto que hasta Julio Verne lo nombra en “Cinco semanas en globo”. Admundsen y Scott lo llevaban entre su avituallamiento en sus aventuras al Polo Sur, e incluso se habla de que Scott fracasó en su intento debido a que el pemmican que llevaba era de poca calidad, con poca grasa, lo que les impidió nutrirse correctamente para la superviviencia antártica. El último tercio del s. XX supuso el olvido del pemmican debido a la popularidad de los estudios contra la grasa animal y su implicación en enfermedades cardiovasculares, algo que la ciencia está revisando actualmente, aunque por otra parte ¿se imaginan un alimento fácil de elaborar en casa, sin aditivos industriales y que puede durar 30 años? ¿qué creen que haría la industria de la alimentación?





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