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viernes, 2 de diciembre de 2016

LA LEY GLASS STEAGALL Y LA HERENCIA CLINTON

Wall Street seis meses después del Crash del '29.

En 1929 la especulación financiera llevó al mundo al conocido como Crash del '29. En la memoria colectiva está muy presente la imagen de un banquero suicidándose desde el piso más alto de cualquier torre de oficinas de Nueva York, pese a que hay más de leyenda que de realidad en el suicidio de ex-millonarios en esta gran crisis, lo que sí es cierto es que occidente dejó de creer en el progreso continuo del ser humano, todo se puso en cuestión, y mientras Europa afrontaba esta nueva realidad dándose un baño de fascismo, los Estados Unidos de América lo hicieron de una forma muy diferente.

En 1933 Franklin D. Roosevelt llegaba a la presidencia "usana", desde allí su mítica frase "Prefiero rescatar a los que producen alimentos que a los que producen miseria" ponía en marcha su política del New Deal (nuevo trato) y con ella la famosa ley Glass Steagall, pseudónimo popular bajo el que se haya la Ley "Banking Act" (Pub. L. No. 73-66, 48 Stat. 162), cuya finalidad era la de controlar la especulación financiera responsable de la crisis que amenazaba con hundir al mundo civilizado.

Franklin D. Roosevelt
La ley Glass Steagall marcaba una banca bifurcada en depósitos e inversión (wall street), de tal forma que nadie podía especular con el dinero depositado por los ahorradores. Igualmente se establecían medidas anti-monopolio evitando macroestructuras financieras, y a la vez se prohibía que la banca participase en los consejos de administración de las empresas industriales, comerciales y de servicios, como por ejemplo la prensa.

El New Deal y la ley Glass Steagall permitieron a Estados Unidos afrontar la profunda crisis y desigualdad social sin caer en brazos de los fascistas y a la vez les preparó para entrar en la Segunda Guerra Mundial, auténtico motor económico que terminó por colocarles al frente de un nuevo imperio global. Tras la Segunda Guerra Mundial la herencia del New Deal y de Roosvelt se sustanció en el famoso Plan Marshall y en políticas de capitalismo mixto que mientras permitían un mercado libre, el estado mantenía en su poder los sectores estratéticos de cada país, a la vez que se imponían fuertes impuestos a los más ricos y a los altos beneficios de las empresas más grandes. Esto dio como resultado el llamado Estado del Bienestar, algo que los multimillonarios y tiburones de las finanzas permitieron como un contrato temporal mientras durara la amenaza comunista, ya que había que ofrecer un mundo mejor que el que prometían los soviéticos. Así se hizo.

Bill Clinton
Sin embargo tras la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la Unión Soviética, así como el auge de nuevas, aunque en realidad viejas, teorías económicas liberales, como el neoliberalismo enarbolado por Thatcher y Reagan, con Hayek y Friedman de ideólogos de cabecera, colocaban al estado del bienestar en entredicho y lanzaban a occidente a una auténtica contrarevolución, la de los ricos que se negaban a pagar impuestos. La exigencia de crecimiento económico continuo para sostener lo que antes se sostenía impositivamente, así como la demanda de crédito fácil, para exactamente lo mismo, dio como resultado que en 1999 Bill Clinton, en apariencia socialdemócrata, derogara definitivamente la ley Glass Steagall. El resultado no tardó en llegar ni 10 años, el 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers, una de las compañías de servicios financieros más grande del mundo, se declaraba en quiebra.



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