Texto de mi intervención en el II Cine fórum de la Fundación La Alcudia, el 4 de marzo de 2014.
Alejandro
Amenábar se dio a conocer al gran público en España con su ópera prima Tesis (1996), habiendo hecho antes los
cortos de Himenóptero (1992) y Luna (1995), su carrera siempre ha sido
una apuesta para ir a más, una apuesta de carácter ecléctico, donde no gusta de
repetir recetas, aunque éstas sean exitosas, así nos sorprende con Abre los ojos (1997), de factura
aceptable, comercial y que tuvo su versión en USA con la criticada Vanilla Sky (2001), dirigida por Cameron
Crow. Con su película Los otros
(2001) siguiendo la estela del Sexto
Sentido (1999), de M. Night Shyamalan, dio una vuelta de tuerca más al
sorprendente final de la misma, dando el salto a trabajar con actores de talla
internacional como Nicole Kidman. Sin embargo el abrazo de la crítica lo obtuvo
con Mar adentro (2004), que ganó el
Oscar a la mejor película de habla no inglesa y donde empezamos a ver unas
pinceladas de esta crítica a la religión que explota con Ágora.
Ágora es una apuesta más de Alejandro
Amenábar, la más ambiciosa, en su día la película más cara del cine español con
50 millones de euros, (de los que se recuperaron 40 millones) y que se mantuvo
en taquilla durante 4 semanas en España.
No voy a entrar en el argumento de la
película, que luego nos contextualizará el profesor Jaime Molina, pero sí en el
fondo, ya que el film nos adentra en la eterna lucha entre ciencia y religión,
dándole la vuelta a la tortilla a las tradicionales superproducciones
hollywoodienses de propaganda judeo-cristiana, y mostrándonos la cara oculta de
la imposición cristiana como religión universal, y que nos avanza la inmersión
del orbe Mediterráneo en la Edad Media. Esta profundización contrasta con la
poca introspección de los personajes, dejándonos una Hypatia aséptica, incapaz
de conmover al espectador profano. No deja frío, sin embargo, al espectador más
avezado en estos temas, al espectador que conoce en profundidad la historia de
la ciencia, de las religiones, o en general, al espectador más culto y que sigue
la estela de la eterna lucha ciencia-religión en autores contemporáneos como
Richard Dawkins (El espejismo de Dios),
Carl Sagan (La ciencia y sus demonios)
e incluso el filósofo Bertrand Russell (¿Por
qué no soy cristiano?)
Al mundo religioso no se le escapó esta
crítica a sus orígenes y la película tuvo sus problemas, por ejemplo, el Observatorio Antidifamación Religiosa protestó contra la
película por "promover el odio a los cristianos y el refuerzo de falsos
tópicos sobre la Iglesia Católica". La película en un principio tuvo
problemas para encontrar distribuidores en Estados
Unidos y en Italia, posiblemente por la crítica que señala en relación a
la Iglesia Católica, aunque finalmente encontró distribuidores en ambos países.
Fue censurada en Egipto
por "insultar a la religión".
El estreno de la película se extiende durante
los años 2009 y 2010 por distintos países del mundo. En julio de 2010 había
recaudado en el ámbito internacional 39 millones de dólares, algo más de la
mitad del presupuesto invertido, aunque la recaudación en Estados
Unidos, donde se estrenó sólo en dos salas, fue escasa al no llegar
a medio millón de dólares. En definitiva, de los aproximadamente 70 millones de
dólares presupuestados (50 millones de euros), se recuperaron casi 40 por la
vía de la taquilla directa en salas cinematográficas.
En España, donde la cinta no fue
censurada, cosechó un gran éxito de taquilla
y una muy buena recaudación, colocándose entre las primeras del
año 2009 y liderando la taquilla cuatro semanas consecutivas (lo
cual no ocurría desde El Orfanato).
Salió en DVD el 3 de Marzo de 2010 a un PVP recomendado
de 21,95 €,
consiguiendo vender en tan sólo una semana más de 10.000 unidades.
Y, después de estas cifras, datos y
censuras, les dejo con una frase de InfoCatólica: "Se estrena este fin de semana esta mamarrachada subvencionada y su
director ya la está enterrando. ¡¡Qué gin-tonic me voy a tomar!! (...) No han empezado a contabilizarse los primeros euros
de la taquilla de Ágora y Alejandro Amenábar (¡a ver si te afeitas y peinas, majete!) ya está ocultando su obra."
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